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martes, 8 de marzo de 2011

"La leyenda de Rodriguez Lozano (el abuelo de Zapatero)"




¡Hasta los mismisimos del abuelo de ZP!.
Visto lo visto parece ser que nadie a excepción de este buen hombre ha tenido abuelo, Zapatero terminó su discurso de investidura como presidente del Gobierno con una cita del testamento de su abuelo, fusilado en 1936 por mantenerse fiel a la República ante el golpe militar: "Un ansia infinita de paz, el amor al bien y el mejoramiento social de los humildes". Más recientemente, Zapatero ha recordado a su abuelo en un libro que ha prologado sobre los españoles que fueron deportados a Mathausen, diciendo que el capitán Lozano murió "defendiendo los valores de la democracia en la Guerra Civil española". La alusión de Zapatero a la muerte de su abuelo en la entrevista con la madre de una víctima del terrorismo ha sido otra de las veces en que ese hombre "descanse en paz" ha salido a relucir:


María Jesús González: Mi hija me sigue haciendo la misma pregunta que cuando era una niña: “Mamá, ¿por qué nos ha pasado esto?”. Póngase en mi lugar.

José Luis Rodríguez Zapatero: Estoy ya en tu lugar porque a mí me mataron a mi abuelo.

La semana anterior volvió a nombrarlo en sus viajes por esos países musulmanes que ahora andan metidos en líos,poniéndole de nuevo como ejemplo y abriendo así las puertas a "La Leyenda de Rodriguez Lozano (el abuelo de Zapatero)" posiblemente adapatada al cine con una jugosa subvención del ICO.

La moda de reescribir la historia de sus antepasados con la mal llamada Memoria Histórica está muy presente en el Gobierno. Ya lo hizo De la Vega al hablar de su padre como un represaliado de la dictadura, olvidando mencionar que fue nombrado delegado de trabajo en Zaragoza por Girón de Velasco, representante de la parte más fascista del régimen.



El 12 de octubre de 1934 las unidades militares enviadas por el Gobierno de la República se aprestaban a sofocar la huelga revolucionaria desatada en Asturias por el PSOE y la UGT. Una de las columnas militares, compuesta por moros, legionarios y otras fuerzas del Ejército, tenía entre sus mandos a un capitán de trayectoria africanista, de guarnición en León, que respondía al nombre de Juan Rodríguez Lozano. Era el abuelo paterno del actual secretario general del PSOE y presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero.

Nacido el 28 de julio de 1893 en la localidad pacense de Alange, Juan era hijo de un teniente de infantería, Sebastián Rodríguez. En 1913 entró en la Academia de Infantería de Toledo, y seis años después marchó al norte de África, donde combatió contra los rifeños, teniendo entre sus mandos nada menos que al general Sanjurjo, que luego jugaría un papel muy importante en la sublevación del 36. Lozano consigue en África la Cruz del Mérito Militar por su actuación contra los moros. En 1923 es nombrado capitán y regresa a la Península, primero a Lérida y luego a León. En esta última ciudad se encuadra en el Regimiento de Infantería Burgos nº 36.



Es con este mismo regimiento que participará en la represión contra los mineros asturianos, levantados en armas el 5 de octubre de 1934 a consecuencia de la huelga revolucionaria planeada por el PSOE y la UGT. El capitán Lozano sale de León hacia Asturias el 12 de octubre, según su hoja de servicios, como ayudante del coronel jefe de su regimiento, llamado Vicente La Fuente Valeztena. para reforzar el avance de las fuerzas del Ejército por el sur de Asturias, en la que marchan también regulares y legionarios.



La columna en la que va el capitán Lozano consigue entrar el mismo día 12 en Campomanes, "asistiendo a los reconocimientos que se verifican sobre los Montes que ocupan los rebeldes", según describe textualmente su hoja de servicios. Dos días después, el 14, Lozano participa en la toma de Ronzón, y es allí donde está a punto de perder la vida, según cuenta su hoja de servicios, ya que cuando va a entrar en el pueblo es "intensamente tiroteado" por los mineros.

El capitán Lozano permanece en Vega del Rey hasta el día 18, en que los insurrectos deciden entregar las armas en toda Asturias. Con el fin de la lucha armada, la columna del capitán Lozano entra en Pola de Lena y Ujo. El día 19 llega a Mieres, localidad de la que es nombrado gobernador militar el coronel La Fuente Valeztena, con el capitán Lozano como ayudante, que participa con él en las "inspecciones que realiza a los pueblos de aquella zona", según la citada hoja de servicios. Lozano permanece en Mieres hasta el 31 de octubre. Ese día regresa a León, para, casi un mes después, pasar a la reserva en situación de "disponible forzoso", condición en la que sigue el 2 de abril de 1935, última fecha consignada en su hoja de servicios.

Este documento viene a demostrar, por tanto, que el capitán Lozano mantuvo su lealtad a la República bajo un Gobierno de derechas durante la Revolución de Asturias, como hizo después bajo un Gobierno de izquierdas en 1936. Esta lealtad le costó finalmente la vida, pero su particularidad es que también pudo perder la vida dos años antes, bajo las balas de los mineros izquierdistas, cuando fue a sofocar la revolución emprendida por el mismo partido del que su nieto es hoy secretario general.

 La hoja de servicios del capitán Juan Rodríguez Lozano relata así su actuación contra los mineros asturianos:

"En 15 de septiembre marchó por ferrocarril con su Coronel Don Vicente La Fuente Valeztena a Astorga asistiendo con el Regimiento a las Maniobras que tuvieron lugar en los Montes de León terminadas las cuales en 3 de octubre regresó en igual forma a su guarnición. En 5 de octubre y con motivo del movimiento revolucionario estallado en las provincias de Asturias y León se hizo su Coronel cargo de la Comandancia Militar de la Plaza y quedó a las inmediaciones de dicho Jefe de servicio en la misma hasta el día 12 que acompañando al citado Jefe marchó a Campomanes (Asturias) asistiendo a los reconocimientos que se verifican sobre los Montes que ocupan los rebeldes , el 14 auxilia al citado Jefe en el reconocimiento sobre el poblado de Rouzón siendo intensamente tiroteado el grupo de reconocimiento y quedando en el pueblo de Vega del Rey hasta el día 18 que a las Órdenes del citado Coronel que manda la Columna Centro toma parte en la operación que da por resultado la ocupación de Pola de Lena y Ujo pernoctando en este último punto y continuando al día siguiente a Mieres donde el tan repetido Jefe se hace cargo de la Comandancia Militar auxiliándole en su carácter de ayudante en las inspecciones que realiza a los pueblos de aquella zona, donde permanece hasta el 31 de octubre que regresa a su guarnición".

La realidad es que Zapatero omite las partes oscuras de la historia de su abuelo, puliendo esta de forma que a el le sirva en esta campaña de división nacional que realiza sistematicamente, y que ahora viendo como el tiempo se le hecha encima de manera más acelerada.

Juan Rodríguez Lozano perteneció a la logia masónica Emilio Menéndez Pallarés, número 15 de los Valles de León y en su expediente hay dos títulos, uno que lo acredita como aprendiz y otro como compañero de la citada logia. Su nombre en la masonería era el de Rouseau .




Tras la dictadura de Primo de Rivera, el 23 de abril de 1931, Rodríguez Lozano “Promete por su honor servir bien y fielmente a la República”. Y lo firma.

El abuelo dirige a Julián Zugazagoitia, director de El Socialista, una carta ofreciéndose a colaborar en el periódico “con seudónimo y sin firma”, esto último porque los militares tienen prohibido participar en la vida política y colaborar en medios de comunicación. Su colaboración, como dice, tendría por finalidad la difusión de las ideas socialistas y mantener informados a los mandos republicanos de cómo piensa cada cual en los cuarteles, qué periódicos leen, quienes son monárquicos, quienes republicanos y gentes de fiar. Un ofrecimiento en toda regla, de espía y de soplón.

Por el contenido de esta carta, el abuelo prestó declaración en el Aeródromo de León el 17 de noviembre de 1934. Rodríguez Lozano reconoció su autoría y añadió, a regañadientes, que tenía “grado” en la logia masónica de León.
Y, en la causa seguida contra él, tras el registro de la sede de El Socialista, se concluye que el abuelo era “informante”, es decir, espía.

El 22 de abril de 1935 el capitán fue sancionado con ocho meses de suspensión de empleo y sueldo por falta grave tipificada en el Código de Justicia Militar.

El abuelo de Zapatero no fue fusilado por su filiación masónica porque el primero de los Decretos que publicó Franco contra la masonería es de 15 de septiembre de 1936 (BOE) y ya un mes antes, 18 de agosto de 1936, Rodríguez Lozano había sido fusilado en Puente Castro (León). La historia de este fusilamiento va por otros derroteros, y ya sabemos que el capitán ejerció de “agente doble” durante el bienio republicano que podríamos llamar de “derechas”: por un lado, participaba en la represión contra los revolucionarios de Asturias, y por otro, se ofrecía al partido Socialista como informador y hasta agitador del Ejército.”



“Cuando estalló la guerra civil, el abuelo, el capitán Rodríguez Lozano, estaba en San Pedro de Luna. -hoy San Pedro no existe porque se lo tragó el pantano- en casa de los cuñados, el panadero Manuel Hidalgo.

San Pedro, al comenzar la guerra, fue zona republicana, aunque, cerca, un poco más abajo, en la peña de Los Barrios de Luna, mandaban los nacionales.

El abuelo, teóricamente, debería estar bendiciendo su suerte porque el día del alzamiento estaba con los suyos, los republicanos, pero no fue así; su comportamiento fue ilógico, porque se marchó a zona nacional, a León.
¿Tendría miedo Rodríguez Lozano a los rojos que bajarían por el valle de Luna procedentes de Asturias, y entre los que probablemente se encontrasen los que antes el había represaliado?
¿Tendría miedo el abuelo a los mineros y por eso huiría de San Pedro a León donde estaban los nacionales?.

En YouTube desde luego circula un vídeo en el que no parecen estar tan satisfechos como Zp con las hazañas del capitán.


No voy a entrar en valorar esa parte de la vida de este capitán del ejercito, si hizo lo que hizo, cuando lo hizo, haciendo lo que creía que debía hacer y que era su deber hacerlo, esto le honra. Lo que a sus hechos deshonra es la forma en que su nieto quiere revivir su historia de forma que a el le beneficie políticamente, obviando las partes de la vida de este hombre que a el le puedan perjudicar o crea que le perjudican, pintando un cuadro de su abuelo que pueda ser mostrado a un público ansioso de lienzos goyescos donde  los mártires de la represión franquista sean ensalzados. Claro esta, siempre olvidando y encubriendo las atrocidades que en el otro bando también se cometieron.

Lo próximo de este fiasco de presidente tal vez sea escribir una canción en memoria de ese único abuelo que parece ser que tuvo, la mayoría de nosotros tenemos dos, pero parece ser que en el caso de Zapatero el otro no es interesante en su vida política y procede del mismo modo que con esa parte de la historia de Rodriguez Lozano que no le interesa, borrón y a otra cosa mariposa.
Tal vez pida a Víctor Manuel que sea el quien escriba esa canción debido a la practica que ya tiene. Si,me refiero a ese Víctor Manuel nacido el 7de julio de 1947 en Mieres del Camino, Asturias, hijo de Jesús, ferroviario, y Felicita, comerciante, y que sus abuelos(también tenía dos), fueron Víctor y Ángel, al que no llegó a conocer pues murió en la Guerra Civil.
O tal vez no sea una buena idea, no parece que en Asturias sea muy bien recordado este hombre y mas cuando el abuelo de Víctor Manuel fue picador allá en la mina.








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